domingo, 20 de septiembre de 2015

Capítulo sexto: Es un mundo extraño

Reconozco que David Lynch es uno de los directores de cine que más me gusta, es una pena que no haga (o le dejen hacer) más películas. Últimamente, según creo, se dedica a hacer videoclips o a dar conferencias sobre "meditación trascendental" y esperemos (todo parece indicar que sí) a preparar su regreso triunfal a la televisión  con la esperada secuela de "Twin Peaks", crucemos los dedos para que no cancelen el proyecto. Director personalísimo con una corta pero impresionante filmografía que ha influido a numerosos directores y artistas, fue un pionero de la televisión de calidad con la magnífica primera temporada de "Twin Peaks" y atesora un buen puñado de obras maestras: El hombre elefante, Terciopelo azul, Una historia verdadera, Carretera perdida... "Twin Peaks: fuego camina conmigo"  que a mí me gusta mucho (para cuando una reivindicación de esta película)...

Hace ya tiempo que vi "Eraserhead"(1977) en los madrileños cines Alphaville de los noventa. El cine estaba repleto de lo que Guillermo Cabrera Infante llamaría "The Lynch Mob", deseosos por descubrir la obra fundacional del Universo del director. Pero ver la película no dejaba/deja de ser una experiencia desasosegante. Argumentalmente no tiene mucho sentido, tampoco lo pretende, su estética y atmósferas densas y fúnebres resultan angustiosas y desesperantes. Su discurso, no exento de (macabro) sentido del humor, es aplastantemente básico, una sátira sobre la vulgaridad y monotonía de lo que viene en llamarse "vida normal" y cotidiana, esto es: pretender a una chica, conocer a sus padres, tener una vivienda (un antro grasiento), casarte, tener un niño ( en este caso un indescriptible engendro que no para de "balar") y deshumanizarte poco a poco hasta convertirte en un lápiz con "cabeza borradora". Rodada en un blanco y negro de innegable plasticidad y dotada de un sentido de la composición elegante y pictórico... si a Mel Brooks le gustó, ¿ quién puede decir lo contrario?

Parte de la experiencia que resulta ser "Eraserhead", se debe a la alucinada composición de John Nance, actor fetiche de Lynch, el destino le deparó un cruel final. Dibujar su retrato en esta película, yo diría que icónico ya, resulta idóneo para practicar una mancha a carboncillo, técnica que me encanta.
Una buena mancha a carbón está a caballo entre el dibujo y la pintura, diría que más cerca de esta última, como el pastel. Para trabajar el carboncillo es fundamental contar con un papel de calidad que sea  un soporte adecuado y suficientemente esponjoso para recoger con facilidad las partículas de carbón y dote de personalidad a una materia tan efímera como una barra de carbón. La materia ha de adherirse bien al soporte para lograr una buena variedad y calidad tonal. Yo recomiendo un papel Ingres Guarro, que funciona de manera excelente. Los materiales también son muy importantes, recomiendo sobre todo un buen paño y algo de papel de lija muy fina, los míos son, entre otras cosas, estos:


Al tratarse de una fotografía muy contrastada, resulta más fácil de encajar si dibujamos la silueta de las sombras y luego las rellenamos de negro. Se puede difuminar con la mano, un paño, una esponja..., es importante quitarle impurezas a la barra de carbón lijándola un poco para no rayar el papel, que es muy frágil y se daña o mancha con mucha facilidad. Es bueno aplicar el carbón al principio muy suavemente, sin apretarlo mucho contra el soporte y difuminarlo después, repitiendo la misma operación cuantas veces sea necesario hasta conseguir el tono que buscamos. Es fundamental respetar el blanco del papel para las zonas más iluminadas del rostro:


Para sacar luces o gamas tonales más claras, podemos retirar o limpiar carbón de las zonas de mancha con un trapo o un difumino, aunque yo recomiendo que se haga con los dedos, ya que la grasa de las manos ayuda a que se adhieran las partículas de carbón y queda una textura muy interesante, pictórica. Cuando quieras obtener más luz, lo mejor es frotar suavemente con un paño limpio:


Como es un trabajo de mancha, es preferible no dejar líneas de contorno, aunque se pueden utilizar para marcar un contorno en sombra que me interese destacar, por ejemplo, la solapa de la chaqueta. Por último, con goma de borrar blanda, podemos acentuar alguna luz.  Para los realces y brillitos de ojos, cabello y alguna otra zona puntual, lo mejor es utilizar lápiz pastel blanco o gris, deben utilizarse con moderación, el exceso de estos retoques puede amanerar la técnica y afear el resultado.


Me gusta la expresión entre alucinada y melancólica del actor en esta pose. John Nance repetiría con Lynch en todas sus películas hasta su triste muerte.

Otro fenomenal actor para otra no menos excelente película de Lynch que responde a una petición que amablemente me han sugerido. Gracias por tus palabras Korben Dallas, ya sé que me has pedido que haga una postal con gouache de este personaje, pero dada la impactante personalidad de su rostro y su eléctrica mirada he creído más adecuado hacerle un retrato a carbón, esta técnica retrata dramáticamente mejor a tan pérfido personaje, ¿ no crees?
Otro interesante rostro "Lynchiano" (el inmenso Freddie Jones caracterizado de Bytes, el cruel maltratador del hombre elefante) para la colección. Actualmente en progreso, misma técnica, mismo proceso, la peli y el actor merecen trato especial más adelante, ahora presento dos estados del dibujo:




Más trabajos con carboncillo, pertenecientes a una serie de dibujos basada en una película y un actor que voy a crear próximamente, en siguientes entregas colgaré las demás versiones, me gustaría trabajar con diversas técnicas, ya veremos...








4 comentarios:

  1. Muchas gracias por aceptar mi propuesta de dar vida al señor Bytes. Coincido contigo en que la técnica del carboncillo captura de forma más apropiada la esencia del personaje y de la película en cuestión. Como muy bien dices en tu reseña, Bytes era el cruel maltratador de John Merrick ("el hombre elefante"), un personaje oscuro, alcohólico y trastornado que encaja perfectamente en el universo Lynchiano a la vez que sintetiza las peores virtudes del ser humano: su miseria. En fin, el resultado es virguero.
    Respecto a tu creación del personaje interpretado por el actor Dennis Weaver en la película "El Diablo Sobre Ruedas" (Steven Spielberg, 1971), he quedado muy sorprendido con la textura del cabello y la sensación de movimiento de la escena. Esta vez te has superado a tí mismo. Magnífico.
    ¿Por qué no te animas y dibujas a uno de mis villanos favoritos? ¡Pues claro, es Arnold Toht!

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    1. Me apetece mucho dibujar algo de ese villano, que, como sabes, también es uno de mis favoritos (reconozco que me ha costado un poco saber de quién se trata). A ver qué sale... en próximas entregas.

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  2. ... después de leer la descripción del uso de la técnica del carboncillo que haces, con esa meticulosidad y ese "amor" por los materiales que demuestras, resulta imposible que el resultado no sea tan bueno como es... Siento envidia !!!!

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    1. Gracias por tus amables palabras. Como sabes, el carboncillo es una técnica preciosa, muy pictórica y expresiva. Lo peor, que es un tanto efímera, tienes que conservar muy bien los dibujos para que duren, ya que con un fijado excesivo pueden perder la frescura y texturas originales. Yo les doy unas capas ligeras de fijador (de pastel) y alguna capa intermedia, que me permite insistir en algunas zonas y lograr negros más profundos.

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