jueves, 29 de diciembre de 2016

Capítulo decimosexto: "Ilustración de Navidad y algunas otras reflexiones para fin de año"

   Hoy, en fechas tan señaladas, voy a presentar el desarrollo paso a paso de una ilustración de corte navideño que, muy amablemente, los responsables de la revista mensual lorquina "La Placeta", www.laplacetadelorca.es  me invitaron a realizar para la portada del mes de Diciembre 2016. Es un proyecto que me ha ilusionado mucho y sin duda, ha sido un placer realizarlo, desde este humilde blog agradezco su deferencia y espero que os guste:


   Antes de nada, dibujo un boceto más o menos detallado de lo que quiero realizar. Utilizo sanguina y carboncillo sobre un papel Ingres normal. El contraste entre el carbón y la barra de sanguina quedan bien, procuro que el fondo no sea uniforme y tenga algo de textura:

Me interesa realizar un retrato. Para ello utilizo un papel Ingres de 35x25 cm aproximadamente. Trabajo con carbón y sanguina difuminadas suavemente con el dorso de la mano, goma de borrar y un difumino. He utilizado también unos toques de lápiz pastel blanco para el gorro y los cabellos. La textura del fondo la realizo con un frotado de carboncillo sobre el dibujo colocado sobre una superficie rugosa (el gotelé de la pared sirve estupendamente). 


   He pensado que lo más indicado para este caso era realizar un dibujo o composición a color, para que fuera lo más vistoso y luminoso posible. Como soporte he utilizado, como en otras ocasiones, una cartulina BASIK de 70x50 cm que he imprimado por las dos caras con varias capas de GESSO sintético Talens. La cartulina tiene una textura lisa y bastante gramaje, al imprimarla con GESSO quedará muy satinada y nada absorbente. De esta manera podré aplicar técnicas grasas sin problema. Mi intención es realizar un dibujo coloreado, es decir, primero diseñaré el motivo con una técnica seca de dibujo y después de manera lo más diluida posible, aplicaré color.
   Trabajaré primeramente con una barra de sanguina y lo terminaré con toques muy diluidos (o acuarelados) de pintura al óleo.
   Aunque la superficie que ha resultado es muy satinada siempre queda algo de textura, bien sean los surcos del pincel con el que aplico la imprimación o la textura algo rugosa de las fibras del papel, para realizar el dibujo con barra de sanguina. Utilizo para componer el diseño líneas, pero también mancha para definir un poco las zonas en sombra y el claroscuro de la figura. Difumino con un trapo o/y un difumino:



   Una vez planteado el encaje, procedo a "mancharlo" con esencia de trementina, extendiendo el color con cuidado con varios pinceles planos y redondos de pelo de cerda, de tal manera que el resultado quede lo más pictórico posible, pero sin perder el encaje. Puedo utilizar un trapo para aclarar o difuminar los excesos de materia o trementina. La barra de sepia diluida con esencia de trementina da un color rojizo muy atractivo, pero mediatiza mucho la composición, tendré que matizarlo con otros colores. Para ello utilizaré óleo diluido con medio. Como siempre el medio que utilizo se compone de una parte de medio Talens de secado rápido y tres de esencia de trementina rectificada, nada de aguarrás, que sirve exclusivamente para limpiar el material:



A la hora de aplicar el color procuro que sea lo más transparente posible, dejando en buena medida que el fondo blanco del soporte interactúe y aporte luminosidad a los colores y a la composición. De manera similar a la acuarela, es importante no repintar en exceso y empastar lo menos posible.


   Para colorear el fondo he utilizado un azul verdoso que haga contraste con los tonos rojizos del rostro y el cabello de la chica que han resultado de trabajar con la barra de sanguina. Me interesa que el fondo no quede uniforme, así que trabajaré un poco el gesto. Si no me gusta como ha quedado alguna zona, puedo limpiarla con un trapo sin problemas.
   Para  los ribetes algodonosos del gorro (navideño) de la chica he procurado mantener el blanco del soporte "limpiando" la zona con un pincel impregnado en medio (sin color) y después he secado cuidadosamente con un trapo al tratarse de un soporte no absorbente. El resultado imita la textura esponjosa del algodón. Este tipo de efectos se pueden realizar también en otras zonas, siempre y cuando resulten espontáneos y enriquezcan plásticamente el conjunto de la obra:









 






   Finalmente, he empastado algunas zonas puntuales: un poco en el peto azul ultramar del vestido, los brillitos blancos de la cinta del paquete, alguna zona del cabello para destacar más el rostro y un par de puntitos blancos sobre las pupilas realizados con un fino pincel de acuarela.


    "ALGUNAS RECOMENDACIONES CINÉFILAS: ESPECIAL NAVIDAD"

   Para empezar, acaba de salir al mercado una estupenda edición en Blu-Ray de "La Historia Interminable" del alemán Wolfgang Petersen en una edición ampliada y meticulosamente restaurada (toma nota George Lucas), que recomiendo a todas aquellas personas que la vieron por primera vez, ya hace muchos años, en el cine y quieran rememorar (un poco) su infancia. Si dejamos aparte el libro de Michael Ende, (parece ser que a su autor no le gustó nada) la película es un maravilloso cuento, que en esencia, guarda el espíritu y el tono de la novela, lleno de sentido de la maravilla y del espectáculo (ochentero). Brillan las estupendas maquetas utilizadas, magníficos "matte paintings", trucajes ópticos exquisitamente anticuados, muñecos animatrónicos de irregular diseño, destaca el entrañable dragón de inspiración oriental Fújur. Las nubes que daban forma a la amenazante "Nada",impactantes, todo un hallazgo visual, realizadas vertiendo espesa pintura en un tanque de agua...
En fin, todo un festival audiovisual, para quien quiera apreciarlo. La peli, en su montaje restaurado, añade pequeñas escenas de tránsito y detalles (alrededor de diez minutos) que enriquecen y no alteran el montaje estrenado en cines. Se elimina la famosa canción de los créditos y toda la música compuesta por Giorgio Moroder para la versión internacional, quedando exclusivamente la estupenda banda sonora creada por Klaus Doldinger. Tiene estupendos momentos de cine, Petersen es un buen director, como ha demostrado en "El submarino" o "En la línea de fuego". Yo me quedo con las escenas finales de la Emperatriz Infantil, en especial, con el bello primer plano de la Emperatriz, en el que, rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose entre lágrimas a cámara, al público ( o a Bastian), ruega por un poco de magia en nuestras vidas, de imaginación, para que los cuentos, los sueños, "Fantasía" no desaparezca para siempre...
   Roguemos todos, "Malos tiempos para la lírica".

   Ahora recomendaré una amena sesión doble de cine dedicada a George Lucas: "Éxito y fracaso de Lucas: Willow y Howard, un nuevo héroe o Howard: el pato".
   Por un lado, la entretenida aventura fantástica "Willow", dirigida por Ron Howard y producida con mano maestra por Lucas.  Acción bien filmada, aventuras de corte fantástico, efectos muy especiales, algunas gotas (o chorros) de Tolkien, un entrañable protagonista (un genial Warwick Davis), un bebé a bordo, un villano enmascarado al estilo Darth Vader, pero con menos carisma, una bestia que escupe fuego, una malvada Reina madrastra calcada de la de "Blancanieves" (la actriz británica Jean Marsh, que ya nos había asustado en "Oz, un mundo fantástico"), aquí repite papel. El maravilloso score de James Horner con un muy pegadizo y navideño tema principal, un héroe valiente y enamoradizo (un Val Kilmer sin sobrepeso), "morphings" predigitales, hadas no madrinas y algunos duendes cargantes... Un cóctel, sin duda, irresistible.
Yo me quedo con el genial duelo de magas del final de la peli y el triste finiquito de la Reina Mavmorda...

   La segunda peli de la sesión dedicada a George Lucas corresponde a "Howard, un nuevo héroe" dirigida en 1986 por Willard Huyck. No se le puede negar a Lucas olfato para encontrar material con posibilidades, incluso una perspicacia comprobada para adelantarse a modas y tendencias futuras. Aquí lo intentó con un personaje de cómic, un pato extraterrestre, adulto y descarado que viene a adelantarse en muchos años a la moda superheroica vertiente canalla y paródica tipo "Deadpool" o "Guardianes de la Galaxia" de Marvel, tan de moda hoy día. Puede que algunas cosas, incluidos el guión y los diálogos urdidos para el juguete que finalmente vio la luz, puedan resultar hoy (puede que también lo resultaran en su día) como poco, "chocantes": Diseño de criatura discutible, la peli recurre en la mayoría de planos a actores disfrazados con una inexpresiva máscara de pato. Con los buenos resultados que le habían dado el uso de marionetas: "El imperio contrataca" o "Dentro del laberinto". Actores poco entonados, premio para un insufrible y entrañable Tim Robbins. Estética rabiosamente ochentera, algunos dirían hortera. Canciones pop interpretadas por el grupo musical creado para la ocasión: las "Cherry Bomb", y compuestas por el  histérico de los teclados y los samples pregrabados, Thomas Dolby. Lo mismo, lo que a algunos les parecerá divertidamente retro, otros lo pueden considerar una abominación musical. Chistes malos, puede que demasiados. Criaturas imposibles: "Los Señores de las Tinieblas", creados con sofisticadas técnicas de animación stop-motion. Pero, todo hay que decirlo, es un engendro que atesora mucha diversión para el que quiera apreciarla.
   Yo me quedo con el estupendo duelo final entre "El señor de las Tinieblas", una indescriptible y caricaturizada criatura animada por el genial técnico de efectos Phil Tippett y el pato en cuestión, todo un festival pirotécnico marca de la casa de la luz y la magia...



                                                    "THE NIGHT OF THE HUNTER"

                                                                  HARRY POWELL
Aquí presento un dibujo a pastel blanco y negro realizado sobre cartulina Canson 70x50. Tiene ya unos cuantos años, creo que es del 2002. Lo he rescatado para la ocasión del baúl de los recuerdos.

   Bueno, he dejado la mejor propuesta para el final, se trata de "La noche del cazador" dirigida en 1955 por Charles Laughton. Qué puedo añadir a lo ya dicho de esta maravillosa película. Fiel y sensible adaptación de la preciosa novela escrita por Davis Grubb y guionizada por James Agee ("La reina de África"). Fue la única película que dejaron dirigir al gran Charles Laughton, su tremendo fracaso económico sumió al director en una profunda depresión y jamás volvió a ponerse detrás de las cámaras. Es, a la vez, un thriller, un cuento de hadas, una película navideña con mensaje o moraleja a lo Frank Capra, puede que sea todo eso y mucho más.
   Un inmenso Robert Mitchum interpreta al temible y autoproclamado "predicador" Harry Powell, "Temed a los falsos profetas, a los lobos con piel de cordero". Hasta los temibles lobos con piel de cordero como Harry Powell son merecedores de la compasión y lástima de un niño pequeño, "...porque los niños tienen fortaleza, saben aguantar en tiempos de falsos profetas". Genial la escena final en la que el niño huérfano, que había sufrido su implacable persecución, se estremece ante la captura del fanático criminal que encarna Mitchum. Y la famosa escena de la huida de los hermanos, cual Hansel y Gretel, en barca a través del rio en una noche fantástica, ante la atenta mirada de la misteriosa fauna que puebla sus recovecos, bajo un firmamento lleno de estrellas. Pues, lo dicho...
   Aunque es muy difícil escoger una escena en concreto de esta bella y atmosférica película, yo me quedo con el maravilloso plano general a contraluz, fotografiado con un ojo puesto en el cine silente y expresionista por el excelente Stanley Cortez, en la que la silueta de un Harry Powell a caballo que busca parsimoniosamente a sus víctimas, canta "Leaning on the everlasting arms"...




   La banda sonora es de Walter Schumann y cuenta con numerosas canciones tradicionales interpretadas por los actores. Existe un curioso CD editado por RCA que recoge parte de la banda sonora original con las maravillosas interpretaciones de las canciones a cargo de los actores y el argumento del film narrado por el propio Charles Laughton en persona, imprescindible para todos los admiradores de la película.


Vamos a dar una oportunidad a lo ochentero más chillón, ya que las Cherry Bomb no volverán jamás...